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Por: Marlon Otero y Ana Laura Fernández de Lara
La calidad de la Serie Nacional de Béisbol es un tema tratado en reiteradas ocasiones y, a pesar de esto, cada año aumentan sus carencias. Sabemos que existen problemas y conocemos cuáles son. ¿Por qué no se resuelven? Lo polémico del béisbol vuelve a mostrarse con una cara que posee muchos matices para comentar.
¿Solo sufrimos por la pérdida de calidad o una crisis de valores está mellando el mayor espectáculo deportivo-cultural del país? Los últimos diez años han recibido rectas de desorganización, curvas de descontrol y sliders de desacertados procedimientos.
Un replanteamiento de actitudes teniendo en cuenta valores éticos y profesionales, y una dirección acertada del barco, comprometida con su tripulación, podrían sacar a flote una nave en la cual el timón ha estado muy rígido y la travesía llena de remolinos.
Nuestra pelota necesita una mejor administración de los recursos y de las ideas. Constantes variaciones del sistema competitivo dicen mucho del compromiso y eficiencia de los regentes de nuestro deporte nacional.
Potenciar el trabajo en la base, garantizaría resultados en el futuro, aunque la solución a todas estas dificultades es mucho más compleja. Como mismo una buena edificación exige cimientos sólidos para mantenerse en pie, el mayor espectáculo deportivo-cultural de Cuba requiere una mejor atención a la base que garantice jóvenes talentos; de lo contrario, no es posible obtener el buen juego deseado en las categorías mayores.
La eliminación de la Escuela de Superación y Perfeccionamiento Atlético y la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar como escalones intermedios antes de subir al mayor nivel, ha abierto un hueco en la preparación de los atletas, porque muchos llegan a la serie nacional con grandes deficiencias, lo que le resta nivel a esta.
Es cierto que la pérdida de peloteros por varias razones golpea fuerte nuestro torneo, pero con los que tenemos podemos trabajar. La mayoría tienen potencial y ganas de jugar béisbol, con motivación y entrenamiento la historia puede ser distinta.
Si veinte años atrás estábamos en la cima del béisbol a nivel mundial, con una de las ligas nacionales de mayor calidad y mejor organizadas, ¿por qué ahora es distinto? La falta de recursos económicos causa muchos daños al deporte en Cuba, pero existen trabas internas que se pueden superar.
¿Cuántas veces no han sido propuestas diferentes estructuras para la Serie Nacional y ninguna se toma en cuenta? Los seguidores necesitan sentirse identificados con el deporte que defienden, de lo contrario pierden el interés. Es lógico que la desmotivación se apodere de las gradas, pues a pesar del bajo nivel, a los intentos por elevarlo no se les deja espacio.
La representatividad es importante, pero: o tienes representatividad o mejoras el nivel, una de dos. Incluso, se ha planteado la posibilidad de dos torneos nacionales para garantizar la participación y la práctica del buen béisbol de los equipos, y en posibilidad ha quedado todo.
La última temporada y lo que llevamos de esta han mostrado una mejoría en cuanto a calidad y popularidad. ¿Qué falta? Continuar el trabajo, y sobre todo, hacer bien las cosas.